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“La cesta la churrera” hacia San Gregorio.

Descripción: Imagen de un carro engalanado para subir a la ermita de San Gregorio a celebrar el día de su patrón. Reconocemos arriba del carro a Ángel Morellón Castellón....
Municipio: PINA DE EBRO
Localidad: PINA DE EBRO
Procedencia: NIEVES BORRAZ MARTIN
Año: 1964
Cantidad: 1
Soporte: FOTOGRAFÍAS
Dimensiones: 10 x 6 cm
Papel fotográfico en blanco y negro 10 x 6 cm. COPIA
Temas: FIESTAS PATRONALES,
Contenido: Imagen de un carro engalanado para subir a la ermita de San Gregorio a celebrar el día de su patrón. Reconocemos arriba del carro a Ángel Morellón Castellón. Nota: SAN GREGORIO: ERMITA Y FESTIVIDAD EN PINA DE EBRO El nacimiento de San Gregorio se supone en Roma, ingresó muy joven en el Monasterio Benedictino de San Come y San Damián de dicha ciudad, donde llegó a ser abad. Posteriormente desempeñó los cargos de bibliotecario del Vaticano, Obispo de Ostia y cardenal de la Santa Iglesia. Según parece llegó a España hacía el año 1039, como Legado papal ante las Cortes de Burgos y Pamplona. Es muy probable que su envío desde Roma se debiera a las cuestiones relativas a la organización eclesiástica de España en una coyuntura en la que se hacía muy necesaria la determinación de los límites de las diócesis que era origen y fuente de numerosos conflictos y no sólo por interferencias de jurisdicción episcopal, sino también por la pertenencia a distintos soberanos. Ello conllevaba negociaciones con los reyes y con los obispos interesados, y para esa labor hacía falta un hombre con tacto político y gran sentido eclesial; a pesar de esta difícil tarea San Gregorio no descuidó el ejercicio del ministerio sacerdotal. Predicó en Calahorra y Logroño entre otras poblaciones de la Rioja y Navarra, destacando en sus pláticas la necesidad de conversión y penitencia. Parece ser que esta fue la ocasión en que santo Domingo de la Calzada vivió algún tiempo en su compañía. Se cuenta que liberó los pueblos de la Ribera del Ebro de una terrible plaga de langosta que asolaba sus campos desde el año 1035, por eso se le invoca cómo abogado y protector de las cosechas. Vivió alrededor de cinco años en España, donde falleció alrededor del año 1044. Sus restos se conservan y veneran en la iglesia de san Gregorio de Pinave, entre Viana y Logroño. En cuanto a la devoción de Pina de Ebro por San Gregorio Ostiense, en el trabajo de D. Juan Carlos Julián Fanlo sobre este tema, publicado por la asociación cultural “El Marrán”, se indica que la primera iglesia de la villa dedicada al santo fue inaugurada el 4 de febrero de 1691. El documento en que se consigna la bendición y dedicación del templo en ese día se explica que la construcción se erigió cumpliendo el voto que hizo la villa cuando padecía una gravísima plaga de langosta, que comenzó en sus montes en 1681 y se extendió por la mayor parte de Aragón alcanzando tierras de Cataluña, Navarra y otras provincias españolas, hasta que se extinguió en 1689, asimismo el texto consigna que la veneración de este santo, “no se alcanza la memoria de cuando comenzó”. A San Gregorio se le atribuía la protección de las cosechas, especialmente de insectos y sabandijas. El rito para conseguir dicha protección se realizaba una vez al año, y consistía en rociar los campos con agua que había sido pasada por el relicario que contiene los restos de la cabeza del santo, y que se conserva en Navarra. Otras demostraciones de fervor hacia el santo se recogieron en rezos, novenas y cánticos, como el “Salve del agua”, que aún es interpretado antes del día del patrón; una mención especial merecen las romanzas que fueron presentadas ante los Condes de Sástago y Barones de Pina en la iglesia parroquial del pueblo, y que quizá fueron compuestas por Tirso de Molina, por aquel entonces confesor de estos nobles tan piadosos de San Gregorio (el escrito original de esta composición fue encontrado hace algunos años en Madrid por D. Emilio Pardo, vecino de la localidad). Hoy en día el numeroso conjunto de ritos religiosos, procesiones y rezos con los que antaño se honraba a San Gregorio se han visto notablemente reducidos, aunque aún se lleva a cabo la novena en su honor, y también la celebración de la eucaristía y la procesión. Sí se repiten e incluso han aumentado los actos lúdicos con los que Pina distingue a su patrón, así a San Gregorio han sido dedicadas las fiestas de primavera de la villa. La fecha de estos festejos se desplaza al fin de semana más cercano al nueve de mayo, día que el calendario religioso dedica a San Gregorio, con el fin de que aquellos que residen o trabajan fuera de Pina puedan asistir a ellos. Sin lugar a dudas, el acto central de la fiesta es la romería, según manda la tradición los pineros acuden a la ermita de San Gregorio, situada a tres kilómetros del pueblo; algunos van montados en carros decorados o “enramados” para la ocasión y participan en el concurso que organiza el Ayuntamiento. El transporte de la imagen del santo hasta su ermita es llevado a cabo por el conjunto de vecinos y vecinas que cada año cumplen el 25 aniversario de la edad de quintar. Una vez en la ermita tiene lugar la celebración de una misa en honor a San Gregorio, y la bendición las tierras de labor de Pina. Concluida esta se procede al tradicional reparto de panecillos bendecidos. Terminados los actos religiosos, llega la hora de la comida al aire libre, tras la cual, y ya de vuelta en el pueblo la fiesta sigue con juegos populares



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